El docente cumple un rol orientador ineludible en el aula, puesto que en primera instancia la responsabilidad de orientar a los niños recae sobre el docente. Más allá de esto, corresponde al docente requerir los servicios de un especialista o del gabinete psicopedagógico en el caso de existir en la escuela para que lo ayude a diagnosticar y a planear métodos apropiados para el aprendizaje de los niños que presenten dificultades.Sin lugar a dudas el éxito del docente como guía en el aula, depende de su capacidad para establecer una relación constructiva con cada niño, una relación de confianza y respeto mutuo. Para ello, el docente, como todo ser humano, deberá dominar sus propias preferencias y antipatías, así como comprender las motivaciones emocionales de los niños para lograr una orientación eficaz hacia sus alumnos.
El docente, hoy en día no debe considerarse solamente un transmisor de conocimientos, donde el alumno es el receptor que reproduce lo aprendido. Por el contrario, el docente actual también es un orientador, como muchas otras de las funciones que debe cumplir como profesional de la enseñanza.En el transcurso de los últimos años, se han manifestado cambios en el proceso educativo y en el desempeño que cumple el docente tanto dentro de la institución educativa como en la sociedad, ya que en el pasado se presentaba un maestro tradicionalista que era considerado como el único portador de conocimientos y al alumno simplemente como receptor de los mismos, mostrándose a la educación desde un enfoque rígido y repetitivo, en la cual sus principales actores, los alumnos, reproducían los conocimientos transmitidos.
Esta visión del rol del docente ha sido trasformada, ya que las perspectivas actuales son diferentes, ya que hoy en día se fomenta y promueve una educación activa y participativa, donde las necesidades particulares de los alumnos se toman en cuenta, y donde el docente sirve como facilitador, guía y acompañante del estudiante durante su proceso de aprendizaje, como también cumple su rol de formador no sólo del desarrollo intelectual de los alumnos, sino también de garantizar la protección, el cuidado y el aprendizaje de los valores que contribuirán con los vínculos para una sana convivencia en la sociedad actual.
La calidad de la educación es un concepto complejo, con diferentes significados, compuesto por diversos factores que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje y que en ningún caso podemos asociarla con una mejor preparación intelectual o de instrucción de los alumnos, por lo que ello supondría de reduccionismo. Efectivamente, la orientación educativa se constituye como uno de los factores que favorecen la calidad y mejora de
la enseñanza. Si ya la orientación educativa se plantea, por su propia concepción, como objetivo prioritario favorecer el máximo desarrollo del alumno, entonces lograr la mejor implantación de la orientación, se convertirá en uno de los retos de la educación del futuro.
la enseñanza. Si ya la orientación educativa se plantea, por su propia concepción, como objetivo prioritario favorecer el máximo desarrollo del alumno, entonces lograr la mejor implantación de la orientación, se convertirá en uno de los retos de la educación del futuro.
De esta forma, la Orientación se constituye en uno de los factores esenciales del sistema educativo, que puede proporcionar calidad al “producto” educativo que genera nuestra escuela. En este sentido, las siguientes son necesidades apremiantes: que la orientación forme parte de la función docente; la obligación de los centros educativos para coordinar estas actividades; garantía de las administraciones públicas en la implantación de la orientación; que la actividad orientadora sea realizada por profesionales especializados.
Elaborado por :Glen Ríos