miércoles, 16 de octubre de 2013

Clasificación de Los Valores






La clasificación de los valores se puede conceptualizar de la siguiente forma:
1. Valores biológicos: Traen como consecuencia la salud y se cultivan mediante la  educación física e higiénica;
 2. Valores sensibles: Conducen al placer, la alegría, el esparcimiento.
 3. Valores económicos: Proporcionan todo lo que nos es útil, son valores de uso y de cambio.
4. Valores estéticos: Nos muestran la belleza en todas sus formas.
5. Valores intelectuales: Nos hacen apreciar la verdad y el conocimiento.
6. Valores religiosos: Nos permiten alcanzar la dimensión de lo sagrado
7. Valores morales:  Su práctica nos acerca a la bondad, la justicia la libertad, la honestidad, la tolerancia, la responsabilidad, la solidaridad, el agradecimiento, la lealtad, la amistad, la paz, entre otros.
Ser capaz de organizar el aula para que todos sus alumnos aprendan. Es lo que se ha llamado, denominado y entendido como una respuesta a la diversidad de los alumnos en el aula. Es un reto difícil enseñar a algunos alumnos, pero es más difícil enseñar a muchos alumnos en un aula. Y por supuesto enseñar a todos es muy complicado.
Esa tarea es una competencia que hay que tener como maestro. Esa es la responsabilidad y la profesión de los docentes. Es decir, cómo trabajar para conseguir que todos los alumnos aprendan y para ello hay que ser sensible a las diferencias de los alumnos. Y para ello hay que estar preparado, tener la capacidad de esa sensibilidad que se traduce después en respuesta educativa.
La tarea del profesor no es solo dar conocimientos para todo, también es ser sensible al desarrollo social, emotivo, afectivo, a crear culturas, aulas, instituciones, en las que se conviva mejor. Esto supone participación, diálogo, representación de los alumnos.
Y es tarea de la escuela y los maestros ver cómo enlazar a los alumnos al proyecto educativo, cómo les interesamos.
Es una profesión cargada de emociones, en especial con los alumnos. La relación emocional con los alumnos es una relación compleja, como lo es también con el Estado, con el compañero y también la relación con los Ministerios y sus reformas, por ejemplo. Y frente a esta situación debemos de cuidar el equilibrio emocional nuestro y el equilibrio de los demás maestros, porque de lo contrario podemos sentirnos desbordados, hartos e irascibles en nuestra carrera y en l forma de relacionarnos con nuestros alumnos. Y ¿cómo cuidar ese equilibrio, cómo lograrlo? En principio:
Manteniendo la ilusión. Se diría que son aquellos profesores que han desarrollado algún proyecto, algo innovador, algo que les ha permitido actualizar lo que hacen. 
Aquellos que se han preocupado por aprender más, actualizarse más. Han mantenido una cierta actualización y de forma permanente.
Aquellos que han mantenido amigos y que también son compañeros. Han sido capaces de crear un entorno de apoyo mutuo. 
Aquellos profesores que han mantenido el afecto a sus alumnos. Han mantenido aprecio por sus alumnos, preocupación y orgullo de sus alumnos.
Aquellos profesores que de vez en cuando reflexionan sobre el sentido de la educación. Que se preguntan: ¿Por qué y para qué hay que educar?;¿ Por qué estamos en esto? Y para qué estamos en esto de educar?.
Los procesos económicos y las nuevas negociaciones han precipitado en el mundo la necesidad de reconducir los valores éticos, ya que se ha comprendido que la falta de ética es el mayor desencadenamiento de la autodestrucción de la sociedad... Da la impresión de que en el país hay un escaso desarrollo de la conciencia ética, lo que no significa que en Venezuela no haya valores, pero sí que los valores se distorsionan con facilidad.
Los valores biológicos son inculcados gracias al fomento de tres aspectos muy importantes y son:
ALIMENTACIÓN: Para nosotros y para cualquier ser humano la educación, es la base de casi todas las conductas de nosotros y los hábitos saludables también necesitan aprender. Poco a poco cada familia debe inculcar esto a sus hijos y familia para que desde pequeños crezcan y gocen de un buen estado y  buena calidad de vida. Una alimentación saludable es uno de los pilares del buen estado y rendimiento escolar.

SALUD: Entendida como ausencia de enfermedad y como resultado de un equilibrio biológico, mental y social, la salud ha alcanzado recientemente el rango de derecho fundamental de las personas.
HIGIENE: El establecimiento de normas de higiene debe iniciarse en cada hogar y sin duda la prédica de las mismas debe ser hecha con el ejemplo, en base al buen entendimiento y explicando las razones que se ocultan en las acciones rutinarias que el niño puede contemplar como inútiles o poco prácticas como mínimo.
El concepto de valor (entendido como cualidad de algo o alguien) engloba a numerosas cuestiones que permiten describir a acciones o propiedades exclusivas de un cierto ámbito, tal como ocurre con los valores de carácter religioso y los valores morales, entre muchos otros.
La estética, por su parte, refiere a la serie de procedimientos que buscan embellecer al cuerpo o a un objeto artístico así como también describe a la capacidad para percibir, reconocer y apreciar la belleza en general.
Si combinamos ambas ideas surge la noción de valor estético, una expresión que abarca a todas las cualidades que contribuyen a identificar y exaltar cuestiones de perfil estético, como lo son el equilibrio, la simetría y la armonía, por citar algunas.
Por hacer foco en algo subjetivo como lo es la valoración humana, no siempre se puede hablar de los mismos valores estéticos. Estos, dicen los historiadores y sociólogos, varían en función de los ideales estéticos que rigen en una determinada época y población. También, como podrán suponer muchos de ustedes, resultan condicionados por preferencias personales, grado de conocimientos culturales, el contexto histórico y el marco social vigente al momento de resaltar un valor estético.
De todos modos, es posible señalar como valores estéticos predominantes a nivel mundial a las ideas de lindo (o bello) y feo; de divertido (o cómico) y triste (o trágico) y a las descripciones de extraordinario y de despreciable o indigno, de acuerdo a cada caso en particular.
Reconocer la necesidad de ser honesto con su propio pensamiento; ser consistente en los estándares intelectuales que aplica; someterse personalmente a los mismos estándares rigurosos de evidencia y de prueba que se exigen a los antagonistas; practicar con otros lo que se predica y admitir con honestidad las inconsistencias de pensamiento y acción en las que uno incurre.
Estar consciente de la necesidad de utilizar perspicacia intelectual y la verdad aún cuando se tenga que enfrentar a dificultades, obstáculos y frustraciones. Firme adhesión a los principios racionales a pesar de la oposición irracional de otros y un sentido de la necesidad de luchar con la confusión y las preguntas no resueltas durante un período de tiempo considerable para lograr un entendimiento o una comprensión más profunda.
Estar consciente de tratar de la misma manera todos los puntos de vista, sin preferir los sentimientos o intereses propios ya establecidos, o los sentimientos o intereses ya establecidos que tengan sus amigos, su comunidad o su nación. Implica comprometerse con los estándares intelectuales sin que interfieran las ventajas que uno mismo o su grupo puedan obtener.
Como se trata de una palabra que, por sus aplicaciones, puede presentarse y entenderse de varias maneras, dejaremos las definiciones generales de lado para ofrecer información más concreta y delimitada. Por eso, en esta oportunidad elegimos hacer referencia a los valores religiosos.
Se trata, tal como se deduce de su nombre, de una categoría muy relacionada al conjunto de los valores espirituales ya que dentro de ella aparecen conductas y principios que apuntan a colmar las necesidades más profundas de cada individuo, esas que giran en torno a la fe y a las creencias en un Ser Supremo.
Existen muchos tipos de valores religiosos: conocerlos, respetarlos, hacerlos relevantes en nuestra vida y priorizar algunos antes que a otros depende de la formación que hayamos recibido, de lo que se nos ha inculcado, de nuestras sensaciones y expectativas respecto a la religión y de cuanto estemos dispuestos a dar al respecto.
La oración (el rezo), la veneración hacia imágenes sagradas, santos y demás deidades (enmarcada en los rituales propios de un credo), el sacrificio (como parte de la abnegación y el compromiso con la religión) y la solidaridad (impulsada por el amor al prójimo) pueden, en base a lo que se entiende por valor religioso, mencionarse como parte de este inmenso grupo de valores motivados por la fe y la religión.

Valores morales: son valores que tocan al ser humano en lo más profundo de sí mismo, en el uso de su libertad, en su responsabilidad. La enumeración podría ser larga, pero podemos mencionar los siguientes: la bondad de corazón, la rectitud de conciencia, la sinceridad, la autenticidad, la lealtad, la laboriosidad, la fidelidad, la generosidad, la servicialidad, la magnanimidad, la justicia, la honradez, la gratitud, etc.
Así como hay una escala de valores morales también la hay de valores inmorales o antivalores. La deshonestidad, la injusticia, la intransigencia, la intolerancia, la traición, el egoísmo, la irresponsabilidad, la indiferencia, son ejemplos de esto antivalores que rigen la conducta de las personas inmorales. Una persona inmoral es aquella que se coloca frente a la tabla de los valores en actitud negativa, para rechazarlos o violarlos. Es lo que llamamos una “persona sin escrúpulos”, fría, calculadora, insensible al entorno social.